Aunque el aumento de los precios futuros del café podría parecer una buena noticia para los productores de Etiopía, la realidad es que los pequeños agricultores, que constituyen la mayoría de los productores del país, a menudo no se benefician de manera directa de este alza. Los precios de la cereza no siempre reflejan las fluctuaciones del mercado global debido a factores como la falta de infraestructura de almacenamiento, los costos de transporte y el acceso limitado a los mercados internacionales. Además, los agricultores enfrentan desafíos como el cambio climático, que afecta la producción y calidad de los granos, y las dificultades de acceso a financiamiento para mejorar sus métodos agrícolas.
El reciente aumento de los futuros del café arábica en la Bolsa de Nueva York, que ayer alcanzó un máximo histórico de 3,75 dólares por libra, tiene implicancias complejas para los productores africanos de café. Si bien economías como la etíope, keniana o ruandesa se beneficiarán de los precios más altos, los pequeños agricultores, que representan el 90% de los productores de café de África, a menudo tienen dificultades para capitalizar estas ganancias. Factores como una inflación galopante, altos costos de insumos y la dependencia de intermediarios reducen sus posibles ganancias. En Etiopía por ejemplo, se necesitan 6 kg de cereza para producir 1 kg de café verde, el precio por kilogramo de cereza sigue siendo bajo en comparación con el precio que alcanzan los futuros del café en los mercados internacionales. Durante la cosecha de 2024-25 que acaba de finalizar, el precio promedio del kg de cereza en el mercado local ha fluctuado entre los 80 a 90 birr por kilogramo (aproximadamente $0.5 a $0.55 USD), lo que representa una fracción del valor que los futuros del café alcanzan en el mercado global. Esto se debe en parte a la estructura de intermediación en el mercado etíope, donde los agricultores a menudo dependen de cooperativas y comerciantes locales que compran la cereza a precios más bajos antes de que llegue al mercado internacional. A lo anterior debemos agregar los desafíos ambientales, especialmente aquellos asociados con el cambio climático, afectan significativamente a la industria del café. Cuestiones como las sequías en Etiopía o las lluvias excesivas en Kenia, están poniendo en peligro la estabilidad de los rendimientos del café y generan dificultades a los agricultores, que luchan por satisfacer la creciente demanda de café al mismo tiempo que intentan beneficiarse del aumento de los precios.
Aunque el aumento de los precios futuros del café podría parecer una buena noticia para los productores de Etiopía, la realidad es que los pequeños agricultores, que constituyen la mayoría de los productores del país, a menudo no se benefician de manera directa de este alza. Los precios de la cereza no siempre reflejan las fluctuaciones del mercado global debido a factores como la falta de infraestructura de almacenamiento, los costos de transporte y el acceso limitado a los mercados internacionales. Además, los agricultores enfrentan desafíos como el cambio climático, que afecta la producción y calidad de los granos, y las dificultades de acceso a financiamiento para mejorar sus métodos agrícolas.
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