Aunque existen estimaciones sobre los costos de una vida digna en la Etiopía rural, éstas no proporcionan datos adecuados sobre las estructuras de ingresos actuales de los agricultores. Esto hace difícil determinar si el ingreso neto proveniente del café, complementado con otras fuentes, es suficiente para cubrir estos costos. Sin embargo, las entrevistas y diversas fuentes ilustran un problema generalizado de pobreza en las regiones rurales de cultivo de café de Etiopía. De hecho, sólo entre el 30% y el 35% de los agricultores de estas zonas ganan por encima de la línea de pobreza de 2011 de las Naciones Unidas de 3,10 dólares por día.
Se puede concluir que es poco probable que los altos precios mínimos del café observados en Etiopía desde 2020 mejoren la vida de los 4,5 millones de pequeños productores de café del país. En cambio, estos precios parecen beneficiar más al creciente número de exportadores centrados en asegurar divisas para financiar importaciones y al gobierno con su creciente hambre por USD. Lamentablemente, este enfoque no prioriza la selección de café de alta calidad ni el pago de precios éticos en origen a los pequeños productores.