Cómo conclusión, podemos decir que en Burundi, que hoy es el tercer país más pobre del mundo, los ingresos del café representan la diferencia entre la seguridad alimentaria y el hambre para gran parte de la población. Sin embargo, el país se encuentra actualmente en el proceso de entrar nuevamente a reformar el sector, con el riesgo de socavar aun más los medios de vida de su gente.
Antes de privatizar la industria del café en Burundi en 2008, toda la producción de café estaba bajo el control de la empresa estatal Sogestal, que ahora está en prácticamente en quiebra. Como resultado de esta privatización, la situación de los pequeños productores de café se ha deteriorado. El gobierno, presionado por el Banco Mundial, transfirió la mayoría de las estaciones de lavado que solía controlar a empresas extranjeras o multinacionales, dejando a los pequeños productores de café con muy poco para sustentarse. El café es muy importante para Burundi, ya que representa el 80% de los ingresos por exportaciones del país y sustenta los medios de vida del 55% de la población, aproximadamente 750.000 familias, la mayoría de las cuales son pequeños agricultores. En 2007, el presidente de Burundi de la época, declaró que el café pertenecía a los productores hasta que fuera exportado. Este acuerdo les permitía supervisar la cadena de suministro y les daba derecho a recibir el 72% de los ingresos de las ventas internacionales de café. Pero en realidad, poco o nada de eso ha sucedido. En 2008-2009, el Gobierno de Burundi hizo la transición hacia la privatización total de la industria del café, al parecer debido a la presión del Banco Mundial. El apoyo del Banco Mundial a los programas de salud pública en Burundi, por algún oscuro motivo que desconocemos, estaba supuestamente vinculado a reformas en el sector cafetalero. Como era de esperar, estas reformas han sido un desastre. Hoy sólo una pequeña porción es clasificada como “café de especialidad” y recibe primas superiores al precio del mercado mundial. Pero tan perjudicial como el precio infravalorado del café de Burundi, es la disminución del volumen. La cantidad de café producido ha ido disminuyendo durante los últimos 20 años, incluso con la privatización. Hoy en día un cafeto en Burundi produce menos de 1 kg de Cherry por temporada de cosecha, en cambio en Colombia un cafeto produce 20 Kg en promedio.
Cómo conclusión, podemos decir que en Burundi, que hoy es el tercer país más pobre del mundo, los ingresos del café representan la diferencia entre la seguridad alimentaria y el hambre para gran parte de la población. Sin embargo, el país se encuentra actualmente en el proceso de entrar nuevamente a reformar el sector, con el riesgo de socavar aun más los medios de vida de su gente.
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