La memoria es el proceso a través del cual obtenemos, almacenamos, retenemos y accedemos a información. Los seres humanos somos capaces de percibir la realidad a través de experiencias, las cuales vamos clasificando y almacenando, y esto nos permite sobrevivir. Si no fuésemos capaces de acceder a estas experiencias pasadas para absorber de manera más eficiente las nuevas, estaríamos viviendo cada día en un caos constante de asombro, terror, felicidad o estrés. La memoria en breve, nos simplifica la vida y equilibra nuestro sistema nervioso central.
- Memoria Sensorial
- Memoria de Corto Plazo
- Memoria de Largo Plazo
La memoria sensorial es aquella información que tomamos con nuestros sentidos desde el ambiente. Pero la gran parte de ella no puede ser procesada por nuestro sistema nervioso, ya que dura diminutos espacios de tiempo y solo una pequeña parte es transferida al segundo y tercer tipo de memorias, de corto y largo plazo respectivamente. El resto se olvida rápidamente.
Los humanos somos criaturas visuales, por lo tanto es este el sentido que más desarrollado tenemos, de hecho un 90% de la información que pasamos a nuestro cerebro es visual. Quizás es este el motivo principal por el cual desarrollar la memoria sensorial a través del sentido del gusto y el olfato es una labor que requiere de mucho entrenamiento y sacrificio, e incluso, muchas personas no son fisiológicamente capaces de lograrlo, ya que no tienen los receptores sensoriales adecuados para hacer uso de ella.
Cada ser humano es único e incomparable. La composición de nuestros cuerpos es tal que nunca habrá nadie exactamente igual. Aunque todos tenemos cerebro, corazón y dos pulmones, etc; los cerebros tienen diferentes capacidades, hay corazones más sanos que otros y los pulmones tienen diferentes tamaños, entre otras diferencias. Además de nuestros cuerpos, la composición de nuestras experiencias de vida también es única. Aunque todos vivimos más o menos el mismo guión (nacemos, crecemos, envejecemos y luego morimos), es en el detalle donde está la diferencia. encontrado y lo que nos transforma en seres únicos.
Por razones evolutivas, nuestros sentidos del gusto y el olfato han quedado relegados a un segundo plano. El predominio de la visión nos ha hecho perder la capacidad de percibir y comunicar las sensaciones gustativas y olfativas. Los seres humanos, en promedio, tienen 12 millones de receptores olfativos, que pueden detectar 10,000 olores diferentes. Pero no todos tenemos el mismo número de receptores, ni tienen la misma sensibilidad. Hay personas que pueden percibir más aromas y sabores que otras, y por tanto, tienen un mayor potencial para comunicar y memorizar (retener, almacenar y luego acceder) esta información o sensaciones.
Además de nuestras limitaciones fisiológicas, nuestras experiencias tampoco son las mismas. Todos vivimos vidas únicas con experiencias que son intransferibles. Este es otro aspecto fundamental en el desarrollo de la memoria sensorial. El entorno donde vivimos y su cultura juegan un papel determinante en la forma en que vemos el mundo y lo que podemos absorber y procesar de él. Entonces, solo a través del lenguaje podemos compartir nuestras experiencias y expresar nuestras emociones.
El entorno es el escenario, la cultura es la trama, nuestros sentidos son los actores y el lenguaje es el guión, de esta película llamada memoria sensorial.
Como ya hemos visto en los posteos anteriores, la memoria es un proceso que nos permite obtener, procesar, almacenar y acceder a información colectada desde nuestro medioambiente. Pero también sabemos que la posibilidad de acceso y comunicación de dicha información, estará determinada por un factor fisiológico (la composoción única de nuestros cuerpos) y un factor cultural (la composición única de nuestras vidas).
Ahora, cuando bebemos café, vivimos lo que se conoce como una experiencia multisensorial. Una taza de café contiene una amplia gama de sabores y aromas, que se ven afectados por muchos factores como: la variedad del grano, proceso, perfil de tueste, método de preparación, etc. Se han identificado aproximadamente 850 compuestos volátiles asociados con el sabor del café. Sin embargo, se sabe que una pequeña proporción de estos (aproximadamente 40 compuestos volátiles) son los principales contribuyentes al aroma y sabor del café.
El aroma se define como un olor que se detecta a través de la nariz y por vía retronasal, y también a través de la parte posterior de la boca, donde las cavidades nasales y bucales están interconectadas. El gusto es el sentido experimentado por la lengua y describe sensaciones de salinidad, dulzura, acidez, amargura o umami. El sabor se define como una combinación de aroma y sabor.
Esta experiencia multisensorial que se obtiene al beber una taza de café, abarca todos los sentidos para brindar la experiencia completa del café y permite juzgar la calidad y el placer de la taza de café. Beber una taza de café sin una de las señales sensoriales (por ejemplo, sin sentir el aroma del café) reducirá el impacto de los otros sentidos, la experiencia general y el placer derivado del café.